Lo que más me gustó de la vida estadounidense fue el ambiente familiar que se respira en el día a día.
Se hacen muchos planes en familia, y eso te permite disfrutar mucho tiempo con tu Host Family, sin que eso impida también hacer planes con amigos o tener tus propios espacios. La convivencia me pareció muy equilibrada.
Lo que más eché de menos de España fue, sin duda, la comida. Aun así, tuve mucha suerte tanto con mi familia anfitriona como con el colegio en ese aspecto. Comía muy bien: verduras, frutas, carne… en general, comida muy saludable. Pero sí es cierto que una tortilla de patatas, unas croquetas o un buen jamón se echan de menos.
Del sistema educativo estadounidense, me encantó la manera en la que se aprende. En muchas clases hacíamos actividades en grupo, y especialmente en asignaturas como química o biología, el aprendizaje era muy dinámico. Hacíamos muchos experimentos en el laboratorio, lo cual hacía las clases más prácticas y divertidas.
Además, una de las cosas más sorprendentes fue poder elegir asignaturas que en España no existen. Yo, por ejemplo, cursé una clase de forense donde aprendí un montón sobre criminología, cómo analizar una escena del crimen y seguir pistas para resolver un caso. Fue una experiencia única.
En cuanto a los deportes, en mi High School tenían mucho peso, pero sobre todo si participabas activamente. Si estabas en un equipo, tenías que comprometerte de verdad e ir a todos los partidos. En general, había muy buen ambiente, con mucha gente animando. Aun así, en mi colegio no era imprescindible hacer deporte para tener amigos o integrarte bien.
Sobre las personas, puedo decir que los estadounidenses valoran muchísimo a su familia y a su grupo de amigos. Al principio eres tú quien debe dar el primer paso, pero una vez lo haces, son personas muy amables y acogedoras. Me sentí muy bien recibida.
Si tuviera que señalar algo que no me encantó, la verdad es que no hay nada especialmente negativo que destacar. Todo fue bastante positivo en mi caso.
Y si tengo que elegir mis cinco momentos favoritos de este año, serían sin duda:
- Navidad: fue muy divertido conocer las tradiciones de mi familia anfitriona y celebrar unas Navidades diferentes.
- Thanksgiving: un ambiente súper familiar y una experiencia muy distinta a lo que conocía en España.
- Pasaje del terror: cerca de donde vivía, montaron por Halloween una escuela encantada y un laberinto de maíz. Duraba 45 minutos y fui con mi amiga. ¡Una inmersión total!
- Halloween: ¡tal como en las películas! Todo el mundo disfrazado y por la noche salimos en grupo a hacer “trick or treat” por el pueblo.
- Concierto a capella: fui con mi Host mom y dos amigas suyas a ver un concierto navideño del grupo Pentatonix. Fue mágico.
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