Aprendiendo a vivir en un planeta llamado Indiana
Jorge nació en Madrid y ahora vive en Málaga. Es un aventurero que decidió pasar el pasado curso escolar en el estado de Indiana, a orillas de los Grandes Lagos y muy cerca de la ciudad de Chicago. Allí vivió grandes experiencias y descubrió que, a pesar de todo lo que vemos de Estados Unidos en cientos de series y películas, ¡en realidad no tenemos ni idea de las muchas diferencias que hay entre nuestras culturas hasta que conocemos ambas de cerca!
«Tras pasar estos meses en EEUU, he descubierto que, aunque seamos del mismo planeta, hay cosas que cambian mucho y se viven de manera bastante diferente. En general, la vida allí me pareció mucho más relajada y con muchas más posibilidades de hacer cosas diferentes, ¡sobre todo en el colegio! Eso sí, he echado mucho de menos a mis amigos y las cosas que hacía en España con ellos, algunas de las cuales no es posible hacer en Estados Unidos.
Respecto a las muchas cosas que comentaba que se pueden hacer en el colegio, hay una gran libertad y variedad a la hora de que cada uno pueda elegir lo que quiera, tanto en asignaturas como en deportes. Además, allí puedes hacer las cosas de forma mucho más autónoma, más por ti mismo y aprendiendo a organizarte tú a tu manera, sin depender tanto de lo que los profesores digan.
Otra diferencia es que los deportes son importantísimos en el colegio, ya que se le dedica muchísimo tiempo entrenando todos los días y organizando eventos muy importantes. Yo participé en soccer, natación y atletismo.
Algo muy enriquecedor de mi experiencia es que he conocido a muchísimas personas de muchísimas culturas, desde estadounidenses hasta franceses, alemanes, filipinos, etc Particularmente, los estadounidenses son bastante parecidos a nosotros en cuanto a carácter y humor; pero tardan muchísimo más en mostrarse cercanos con amigos y familiares y son más individualistas. Lo que quiero decir es que en general no se abren tanto o no son tan confiados de primeras con los demás, por lo que se puede tardar más que en España al establecer una conexión muy cercana con los que te rodean. ¡Por así decirlo, cada uno vive más “a su bola»!
Eso sí, una vez que te acostumbras a las diferencias y te adaptas a ellas, vives experiencias chulísimas. Como os decía, yo me uní al equipo de soccer, atletismo y natación; pero también fue genial asistir como espectador a los partidos de fútbol americano de mi colegio. ¡Fui incluso a un partido de fútbol americano de college (nivel universitario)! También tuve la oportunidad de asistir a un baile del High School. Fuera del ámbito escolar hice varios viajes y excursiones como por ejemplo: a Chicago, a México, a la Isla de Mackinac o a conocer unas presas que conectan Canadá con Estados Unidos».
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