Vivir en Estados Unidos me ha sorprendido muchísimo, porque es completamente diferente a la vida en España. Aspectos como el High School, la importancia que se le da a los deportes o incluso la alimentación forman parte de un día a día muy distinto.
Lo que más me ha gustado de la vida estadounidense ha sido, sin duda, el ambiente del High School y el protagonismo que tienen los deportes. En España estaba acostumbrada a salir con mis amigos, caminar y sentarnos a charlar en un banco, pero allí todo se hace en coche, y eso es algo que eché de menos.
En el High School también me encantó la buena relación que hay entre estudiantes y profesores, así como la importancia que se da al trabajo en grupo. Eso me ayudó muchísimo a la hora de hacer amigos. También me sorprendió la cantidad de asignaturas y actividades que existen y que no tenemos en España. Por ejemplo, la posibilidad de organizar eventos del colegio, decidir la temática de los partidos de fútbol americano o formar parte de FFA, una asignatura en la que participas en reuniones regionales y viajes representando al colegio.
Allí se valora mucho todo lo que pueda ayudarte a la hora de entrar en una universidad, no solo a nivel académico, sino también a través de voluntariados, organización de actividades, ser manager de un equipo o representar al High School. Esto fomenta que los estudiantes sean más independientes y sepan organizar su tiempo.

En mi caso, viví el deporte de forma muy intensa: participé en regionales y en State, fui cheerleader y corredora. El deporte es una parte fundamental de la cultura escolar y también un punto a favor cuando aplicas a la universidad. Los profesores son muy comprensivos y te ayudan, sobre todo cuando por competiciones tienes que faltar a clase.
Durante mi estancia conocí a personas maravillosas y otras que no me aportaron tanto, pero todo formó parte de la experiencia. Al principio pensé que me costaría encontrar amigos de verdad, pero poco a poco fui conociendo gente y hoy puedo decir que nunca me faltaron amistades.

Lo que menos me gustó fue la poca importancia que se le da a la alimentación, aunque personalmente disfruté de la comida y no tuve problemas. Sé que a largo plazo no es lo más saludable, pero fue parte de mi experiencia. Es importante mantenerse activo, porque dependiendo de la genética, el cuerpo puede cambiar mucho. Al principio cuesta adaptarse, pero después de unos meses todo se asimila mejor.
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