“Ser la persona nueva en un High School pequeño llama la atención, al menos al principio, así que ¡aprovechad!”
Laura es de Málaga, aunque tiene raíces argentinas. A pesar de estar acostumbrada a vivir de cerca más de una cultura, decidió adquirir una tercera cruzando el Atlántico para pasar un curso escolar en el estado de Oklahoma. Allí vivió de primera mano el desafío de adaptarse a lo desconocido, que hoy nos cuenta aquí a todos nosotros.
«Creo que la vida en Estados Unidos me sorprendió en lo que realmente se llega a parecer a la española cuando ya eres una más allí. Al fin y al cabo, una vez pasado el periodo de adaptación, coges una rutina y lo que al principio llama la atención por ser novedoso; acaba siendo una parte más del día a día. ¡Te acostumbras a todo!
También diría que lo que más me gusta de allí es que todos los estudiantes y sus familias tienen una enorme colaboración e involucración en todas la actividades que se organizan en el High School. Yo diría que lo que más he echado de menos es la comida. Aunque allí haya comida sabrosa, no es comparable con la buena gastronomía española si queréis saber mi opinión.
Pensando más concretamente en el sistema escolar estadounidense, lo que más me gustó fue que en las clases se enseña la teoría siempre acompañada de la práctica. Esto hace que todo quede mejor aprendido. Además, hay muchas cosas que forman parte de la vida académica y que jamás se aprenderían en el sistema escolar España. Por ejemplo, había asignaturas como FCCLA que enseñaban distintas cosas útiles para la vida cotidiana, como básicos de cocina, costura, etc. Otro extra es que los deportes juegan un papel muy importante. Allí hay entrenamientos diarios. Yo iba a hacer atletismo en la última temporada deportiva del High School, pero justo estalló el brote de COVID-19, así que no pude ir a ninguna competición. En cambio, pude disfrutar de muchos partidos de fútbol americano, en los cuáles pude hacer muchas amistades y vivir la auténtica experiencia estadounidense.
De hecho, conocí a muchas personas del High School. Eso de ser la persona nueva en un High School pequeño llama la atención, al menos al principio, así que ¡aprovechad!. Haciendo una valoración, creo que allí cómo en cualquier lugar hay de todo, pero la mayoría de gente es bastante simpática.
A pesar de hablar de estos eventos y amistades, reconozco que no me hacía mucha gracia el no poderme mover por allí con la libertad a la que estoy acostumbrada en España. Siempre alguien me tenía que buscar en coche o mi familia tenía que llevar allá donde quisiera ir. Tenía que pedir favores todo el rato y a veces me gusta tener más autonomía.
Para finalizar, si tuviera que elaborar una lista de mis 10 experiencias más destacadas de este año en Estados Unidos, hablaría de un viaje que hice a un lago en un barco, del Halloween que pasé con mis amigos, de los Homecoming Dances (Bailes de Bienvenida), de la bonfire u hoguera que también hice con mis amigos para fin de año ¡en la que les hice tomar las uvas!, de mi visita a un típico Pumpkin patch en otoño, de los partidos de fútbol americano, de todas las tradiciones navideñas que me enseñó mi familia de acogida, de los snow days y las visitas al típico skating ring (pista de patinaje) que disfrutamos en invierno y de los entrenamientos de track a los que sí pude asistir».
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