Había visitado Estados Unidos antes con mi familia durante las vacaciones, y siempre me había gustado observar su estilo de vida, los supermercados y los horarios. Sin embargo, esta es mi primera vez participando en un programa de 10 meses, y me ha sorprendido muchísimo. Mi mayor sorpresa ha sido el colegio, que es completamente diferente a lo que estoy acostumbrada. Aquí no existe una clase fija como en España, donde perteneces, por ejemplo, a 4º de la ESO D; en cada asignatura estás con personas distintas y de diferentes edades. Los deportes también juegan un papel fundamental, llegando a competir contra colegios de otros estados.
Algo que me pareció muy curioso es que cuando vas a un restaurante, te sirven platos enormes de comida, pero no porque esperen que te lo comas todo, sino para que te lleves lo que sobra a casa y lo termines cuando quieras.
Por otro lado, me encanta convivir con mi host family. Me he adaptado a sus horarios y disfruto mucho de las cenas tempranas, porque luego tenemos tiempo para dar paseos, montar en bici o jugar juegos de mesa juntos. Es un final de día súper agradable. Ir al colegio también me gusta; es completamente diferente. Cada hora vas a una clase distinta y te encuentras con compañeros que no tienes en otras asignaturas. Esto te permite conocer a muchas personas y hace que la experiencia sea muy enriquecedora.
A pesar de todo, hay cosas que echo de menos de España, especialmente a mi familia (sobre todo a mi hermano) y a mis amigos. Aunque la comida aquí es increíble y mi host family cocina fenomenal, extraño mucho la comida de mi madre y de mi abuela.
Algo que valoro mucho del sistema educativo aquí es la libertad de elegir asignaturas. En España las asignaturas están prácticamente decididas, pero aquí puedes elegir no solo las optativas, sino también el nivel de las principales, lo que hace que te adaptes mejor. Las optativas son súper variadas: desde cerámica, carpintería y crochet hasta clases de cómo pintar uñas.
En España, la educación está más centrada en materias como matemáticas, historia, lengua o física, y las optativas son limitadas a idiomas, música y deportes. Aquí, en cambio, las optativas están orientadas a oficios, lo que te permite ir descubriendo y explorando lo que más te gusta.
Otro aspecto impresionante de la vida aquí son los deportes. Lo primero que me sorprendió es que los deportes tienen temporadas específicas. En España, los deportes empiezan en septiembre y terminan en junio, pero aquí cada deporte tiene su momento en el año. Aunque llegué tarde para los deportes de verano, ya estoy inscrita para los próximos. Los partidos son súper intensos, y la emoción de animar a tu equipo se contagia rápidamente. Es una oportunidad increíble para conocer gente y sentir cómo el colegio entero se une para apoyar.
En cuanto a las personas, los estadounidenses me han parecido súper amables y dispuestos a ayudarte en todo momento. Mi host family me presentó a familiares, vecinos y amigos desde el principio, lo que me ayudó mucho a adaptarme. En el colegio, también he conocido a muchos americanos y estudiantes de intercambio, y disfruto mucho hablando con ellos, compartiendo nuestras costumbres y aprendiendo unos de otros.
No todo es perfecto, claro. Lo que más me ha costado ha sido acostumbrarme a comer a las 10:30 de la mañana. Al principio, estaba encantada con las opciones del comedor (pizzas, hamburguesas, nachos…), pero luego empecé a extrañar la comida de España. Ahora elijo ensaladas siempre que puedo. Por suerte, mi host family come comida rica y sana en casa.
En el poco tiempo que llevo, ya tengo algunas experiencias que destaco como las mejores:
- Ir de acampada con mi host family fue increíble. Montar las tiendas, preparar la fogata, ir a pescar… Nunca lo había hecho y me encantaría repetir.
- Los partidos del high school son inolvidables. Es algo que no tenemos en España y una gran oportunidad para conocer a personas mientras animas a tu equipo con pasión.
- Visitar mi municipio, Muskegon, ha sido muy especial. Los lugares icónicos como Hackley Park o la biblioteca pública, con más de 100 años de historia, tienen un encanto único.
- Compartir momentos con mis host sisters es de lo más bonito. Me encanta leerles cuentos y enseñarles palabras en español. Me hace sentir como si estuviera en casa, recordándome a las tardes de domingo con mi familia en España.
- Aprender sobre la cultura estadounidense es fascinante. Por ejemplo, salir a pasear después de cenar a la orilla del lago es algo que no solía hacer en España, pero ahora lo disfruto muchísimo.
Estoy muy agradecida con mi host family por esta experiencia. Desde el primer día me han hecho sentir como una hija más. Aunque solo llevo un mes y medio aquí, me siento súper cómoda y estoy deseando seguir viviendo más experiencias con ellos. Los días pasan volando, y estoy segura de que este será un año inolvidable.
Si tú también quieres verte envuelto en la vida de los deportes escolares en tu año escolar en Estados Unidos, pulsa aquí o llama al 910 019 908.