Opiniones Estudiar en Estados Unidos: Ana en Pensilvania

[TESTIMONIOS]

“Sin duda este ha sido el mejor año de mi vida hasta ahora; y lo repetiría un millón de veces.”

Ana acaba de cumplir 16 años cerca de las playas de su Málaga natal, pero hasta hace pocas semanas se encontraba pasando un año inolvidable en el estado de Pensilvania, en la costa este de Estados Unidos. Entre viajes, eventos deportivos, experimentos en la clase de ciencias y días de nieve en familia, ¡da gusto leer la aventura que tan amablemente ha compartido con nosotros!

 

«La vida en Estados Unidos me ha sorprendido porque no me imaginaba que la gente iba a ser tan inclusiva. Desde el primer momento me sentí como una más y realmente tuve mucha suerte porque nunca me sentí sola. Todo el mundo fue increíblemente majo e hice amigas para toda la vida. Eso sí, lo que más me gusta de la vida estadounidense es que los High Schools son enormes y me parecen muy atractivos y bien preparados. Os confieso que cuando vi por primera vez el colegio en el que iba a estudiar durante un año me quedé maravillada y me entró mucha ilusión.

Como no todo es siempre cien por cien perfecto, puedo compartir con vosotros que lo que más he echado de menos de España es el hecho de poder caminar a cualquier sitio. En Estados Unidos las distancias son más largas y yo sentí que había que usar el coche mucho, cosa a la que no estaba acostumbrada.

Volviendo a la experiencia en el High School, lo que más me ha gustado con diferencia es que las clases son muy dinámicas y muy bien preparadas, al igual que los deberes. Iba al colegio con muchas ganas porque sabía que me lo iba a pasar muy bien y que iba a aprender de una manera distinta a la manera de los colegios de España. Al decir que aprendíamos de manera distinta, lo que quiero decir es que en un colegio estadounidense la enseñanza es más práctica y están increíblemente bien preparados. Por poner un par de ejemplos, aprendíamos a hacer diferentes experimentos súper impresionantes en la clase de química; y en las clases de biología hemos disecado algunas cosas súper interesantes, algo que no había hecho antes en España. 

Otro tema escolar a destacar es que los deportes juegan un papel súper importante en la vida estadounidense. Tan importante que realmente mi año de intercambio estuvo centralizado en el deporte, la vida la hacía en el colegio. Yo hice cross country, baloncesto y track. No puedo expresar con palabras lo especiales que fueron estas experiencias. Formar parte de un equipo fue lo mejor del mundo. La mayoría de mis amigas eran de mis equipos y compartí muchísimos momentos con ellas que nos unieron. Las echo muchísimo de menos y quiero verlas de nuevo cuanto antes. Además de las grandes amistades, he de decir que la experiencia en relación con los deportes ha sido súper divertida y distinta a la de España. Yo llegué a ser una de las mejores corredoras en mi equipo de cross country; y como equipo llegamos muy lejos. En cross country había competiciones cada martes una vez que la temporada empezó y en muchos fines de semana se competía también. Los entrenamientos eran bastante duros y sentía que estaba acompañada de atletas de todos los niveles dispuestos a darlo todo y con una gran motivación. Fue increíble porque realmente eres parte de un universo unido muy estrechamente y había una competitividad muy sana.

En baloncesto hice las pruebas y conseguí entrar en el equipo secundario del colegio, un equipo menos competitivo en el que había más chicas de mi edad; y nos hicimos súper amigas. Estas chicas formaban un grupo increíble y muy divertido, ¡hicimos mucha piña!. El ambiente era más relajado y menos competitivo, me hinché a reír con ellas. Durante esta temporada mi horario fue muy completo, pues jugamos muchísimos partidos en distintos colegios. Mi estilo de vida durante ese periodo de tiempo fue súper intenso porque no paré de hacer cosas. Si un día teníamos partido, no pisaba mi casa americana hasta las diez de la noche. Las mayores (del equipo principal) nos llevaban a nuestro sitio de comida favorito en coche después de las clases y después íbamos en autobús hasta el colegio en el que íbamos a jugar. Primero jugábamos nosotras y después veíamos a las mayores. Los partidos eran muy populares y se llenaban las gradas casi siempre. Lo que más me gustó de esta parte de la experiencia es que todo es muy profesional, se toman muy en serio que todo salga bien. 

Ahora que os he hablado de mis amigas y compañeras de equipo, quiero decir que en mi opinión los estadounidenses son muy abiertos e inclusivos, con ganas de pasárselo bien. También me he dado cuenta de que la gente de mi colegio era muy buena, en el sentido de que normalmente no había drama del malo. Los estadounidenses de mi colegio son muy simpáticos, divertidos y deportistas. Los profesores y los entrenadores son muy profesionales y siempre están de buen humor. De hecho, cuando pienso en mi año en EEUU, lo único que no me “encanta” como he dicho antes es la sensación de pasar demasiado tiempo en el coche para ir de un sitio a otro.

Como sería muy difícil hacer que mi año en Pennsylvania completo pueda caber en un pequeño texto como este, he elaborado una lista con diez momentos inolvidables que quizá destacaría especialmente:

  • Una de las mejores experiencias fue mi primer partido de fútbol americano. Me quedé alucinada, todo era tal como me lo imaginaba y fue como un sueño hecho realidad. Antes de que empezase el colegio conocí a mucha gente con la que luego me senté en el lunch en mi primer partido de fútbol americano. Es muy importante ir allí con una actitud súper abierta y preparada para conocer a gente nueva. 
  • Otra experiencia que me marcó fue participar en una competición super importante de cross country. Había muchísima presión, todas estábamos muy nerviosas y lo mejor fue que lo vivimos juntas. Al terminar esa última carrera de la temporada me sentí súper feliz.
  • En clase de biología la profesora nos mandó hacer el famoso insect project, que consiste en capturar veinte insectos diferentes, disecarlos, y prepararlos en un corcho, aparte de identificarlos. Yo en concreto le tengo pánico a los bichos, así que cuando nos mandó ese trabajo ya os podéis imaginar cómo me quedé. Lo divertido de esta experiencia es que mi madre de acogida me ayudó y pasamos mucho tiempo juntas. Fue desde luego un momento que nunca olvidaré. Mi madre de acogida fue sin duda mi mejor amiga. Con ella compartí muchos momentos, era muy divertida y me dio mucha independencia.
  • Otra experiencia que me encantó fue ir a un partido de la NBA en la ciudad de Philadelphia con una amiga y su familia. Aquello era tan grande y estaba tan lleno de gente que me quedé muy impresionada. Fue increíble.
  • Fui a Nueva York dos veces, una con mi familia de acogida y otra con unos amigos. Nueva York se ha convertido en mi ciudad favorita. Los rascacielos, la gente, los monumentos, las tiendas… Todo me encantó, y lo repetiría mil veces.
  • ¡Mi primer día de nieve! Me desperté a las seis y media para ir al colegio y lo cancelaron porque hubo una tormenta de nieve. Por supuesto dormí unas cuantas horas más, pero fue muy especial porque nos fuimos a una montaña cerca de la casa a tirarnos en trineo, ¡fue súper divertido! Chocolate caliente, bizcocho, juegos de mesa, peli y chimenea, ¡uno de mis días favoritos!
  • ¡Nueva Jersey! Mi madre y mi hermana de acogida nos llevaron a algunos amigos y a mí a la bonita playa de Ocean City en Nueva Jersey. Ese día me encantó porque aparte de que la playa está muy bien, lo que más me gustó fue pasear con mi batido de chocolate por el boardwalk. En este paseo marítimo había muchas tiendas playeras y de distintos estilos, así como muchos sitios de comida ricos. Pasear por ahí con las preciosas vistas a la playa rodeada de amigos me hizo muy feliz.
  • Los Sweet Sixteens. A lo largo de mi año estadounidense fui invitada a muchos Sweet Sixteens, en los que se celebran los dieciséis años a lo grande. El tercer Sweet Sixteen fue mi favorito, porque me preparé con unas cuantas amigas durante horas y nos lo pasamos genial. La fiesta en sí fue preciosa porque la chica la celebró por todo lo alto. Había un DJ poniendo música súper chula y bailamos hasta que no pudimos más. Todo era muy lujoso, ¡hasta la tarta de cumpleaños! Una noche inolvidable.
  • Día de Acción de Gracias. Nos reunimos la familia entera incluyendo todos los tíos, abuelos y primos durante un fin de semana entero para celebrar el día de Acción de Gracias. La verdad que tuve mucha suerte con mi familia de acogida, porque los quiero muchísimo y fueron muy buenos conmigo.  El primer día nos fuimos al Hershey Park, un parque de atracciones en el que nos divertimos mucho. El segundo fue la gran celebración y mi tía americana preparó una comida deliciosa, llena de platos típicos estadounidenses de este día. Nos pasamos el día en familia y me encantó. El último día fue el famoso Black Friday; y nos fuimos todos a dos centros comerciales distintos, en los que aprovechamos las grandes rebajas para comprar algunos regalos para las navidades. Aquello era enorme. La abuela, la prima, mis hermanas y yo estuvimos todo el día de compras y me lo pasé súper bien.

Como conclusión, quiero decir que hubo millones de experiencias, amistades, detalles y momentos que no cambiaría por nada del mundo. Fue muy triste despedirme de aquella gente con la que había compartido tanto y de quienes siento que, simplemente, ya son parte de mi vida. Sin duda este ha sido el mejor año de mi vida hasta ahora; y lo repetiría un millón de veces»

Si crees, como Ana, que tu destino ideal para estudiar en el extranjero es Estados Unidos, pulsa aquí o llama al 910 019 908 y te daremos más información sobre el programa de año escolar en Estados Unidos.

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