Un Máster en una prestigiosa universidad estadounidense puede ser la puerta de entrada al competitivo mercado laboral norteamericano
“Que no lo piense dos veces, cualquiera que tenga la oportunidad debería aprovecharla». Éste es el consejo de Guillermo para un estudiante que esté calibrando ampliar su formación con un intercambio cultural como el que este joven barcelonés está viviendo tras optar por el programa Masters y Posgrados en Universidades de Estados Unidos que ofrece la agencia Estudiar en USA.
Entre agosto y diciembre de 2013, durante su último año de carrera en la Ciudad Condal, Guillermo disfrutó de una beca Erasmus en Noruega. Satisfecho con la experiencia y decidido a aumentar con ambición el horizonte de su futuro, eligió Norteamérica como siguiente paso académico después de completar sus estudios en Barcelona.
Nos situamos en las puertas del verano de 2014: “Una vez en España, empecé a buscar las diferentes opciones e intentar entender cómo funciona el sistema americano, ya que ofrecen diferentes posibilidades, no sólo grados. Mi idea era ir a Estados Unidos a perfeccionar el inglés con lo que no buscaba nada en especial, simplemente algo que me permitiese estar rodeado de americanos, con lo que buscaba algo similar a los cursos de formación en España para poder estar un año ahí. Yo ya tenía mi grado en Administración y Dirección de Empresas pero un curso de un año sería una puerta para venir a Estados Unidos”.
Y así fue, aunque hablamos de un proceso complejo por la falta de tiempo y, al principio, de opciones, limitadas exclusivamente a cursos de inglés. Contactando con Estudiar en USA, nuestro protagonista descubrió una oferta mayor y, con el adecuado asesoramiento, logró iniciar, en una prestigiosa escuela de negocios en Massachusetts, un Máster para estudiantes recién licenciados, que era precisamente su caso; este MBA de un año incluía además prácticas en una empresa, en su caso, de seguros, “una opción que me parecía muy interesante debido a la importancia y crecimiento del sistema de seguros médicos en Estados Unidos”.
De Cataluña a Massachusetts, un salto de casi 6.000 kilómetros; de una capital con más de un millón y medio de habitantes (segunda de España) a una ciudad con cerca de 100.000. Massachusetts (donde viven unos 6’5 millones de personas, uno menos que en Cataluña, cuya superficie es también levemente mayor) es, originalmente, una de las 13 colonias que hace 240 años se rebeló contra Reino Unido en la Guerra de la Independencia de Estados Unidos; un estado muy europeo por el peso de su tradición irlandesa y cuna por ejemplo de deportes como el baloncesto o el voleibol. La adaptación de Guillermo a un centro educativo con más de 100 años de historia y un cupo de estudiantes superior a los dos millares fue excelente.
Las prácticas en la mencionada compañía, que concluyeron el pasado mayo, permitieron a Guillermo “aprender mucho en gestión al trabajar mano a mano con mi mánager ya que la empresa está llevando a cabo el traslado del almacén de datos a un nuevo emplazamiento. Para ello, mi mánager y yo teníamos que estar en contacto constante con los diferentes departamentos de la empresa para que enviasen sus documentos comprobando que todo permanecía igual. Yo organizaba los encuentros, preparaba la información, mantenía contacto con los diferentes trabajadores para cualquier cosa que necesitasen o asegurarme de que llevaban a cabo el traslado dentro del periodo de tiempo concretado”.
Su aportación ha sido muy valorada por la empresa: a tres meses de que acabe el Máster y recién concluidas las prácticas obligatorias, su vinculación era extendida con un contrato indefinido que ha requerido del joven barcelonés la solicitud de un permiso especial por ser extranjero graduado en un centro norteamericano: “Tu universidad, entre otros papeles que has de completar, escribe una carta diciendo que creen que es bueno para tu carrera que estés un año más trabajando en Estados Unidos”. Guillermo está en otra sección y el año próximo recibirá el apoyo de su empresa para conseguir un permiso de trabajo de tres años, ampliable un trienio más: “Toda la gente en el departamento me dice que se tarda un año en aprender todo bien así que imagino que, si me han contratado, es porque me quieren para más de un año y pagarán para mi permiso de trabajo. Saben que mi interés es acabar trabajando en finanzas”.
Es evidente que los planes de futuro de este veinteañero pasan por un país al que se ve cada vez más ligado, un país en el que incluso quiere “crear una empresa de gestión de propiedades con un amigo de aquí; el plan es empezar en breve comprando la primera casa con diferentes plantas para alquilarlas”. En definitiva, “mi idea es claramente, aunque eche de menos Barcelona y España, la de quedarme aquí; mi objetivo es hacer algo grande y creo que en Estados Unidos es más factible, al menos, para empezar tu carrera y luego, si vuelvo a España, definitivamente tengo una ventaja competitiva”.
Aunque su idea es trasladarse algún día al oeste de EE. UU., Guillermo está disfrutando de su vida en Massachusetts, donde combina su rutina laboral con un tiempo de ocio que incluye descanso en casa, salidas con amigos… Una mudanza reciente le permite ir andando al trabajo, un lujo en Estados Unidos, y tener acceso a supermercado y restaurantes sin necesidad de usar coche, “lo que es genial”.
Con respecto a su familia, “el contacto por WhatsApp es muy habitual y también por Facetime los fines de semana, ahora que trabajo cada día durante la semana”. Guillermo cuenta con el apoyo incondicional de los suyos en esta apuesta decidida por su futuro: “Mi familia está encantada, mi padre es una de las personas que siempre me ha animado más a moverme. Seguro que me echan de menos como yo los echo de menos pero saben que esto es una gran oportunidad para mí, me vendrán a visitar pronto”.
El balance, como vemos, es muy positivo; de hecho, el joven barcelonés afirma con rotundidad que le hubiera gustado probar el programa Año Escolar en USA: “Yo me arrepiento de no haberlo hecho también cuando estaba en el colegio porque es una etapa en la que tienes que estudiar y sacar buenas notas, pero realmente todo es mucho más fácil con lo que puedes pasar más tiempo con los amigos y disfrutar de las muchas actividades que realizan las escuelas aquí”. Guillermo reconoce que “no es algo que todo el mundo puede hacer porque ya sabemos que el sistema educativo americano no es barato pero la experiencia y expectativas de futuro después de realizarlo cambian totalmente”, añadiendo, en el plano más personal, que “el cambio cultural es genial porque en muchos aspectos te das cuenta de que somos iguales aunque pensases que alguna forma de actuar o hacer las cosas era algo de España o Europa, y a la vez en muchos otros aspectos ven las cosas diferentes”.
Porque no se trata sólo de multiplicar las posibilidades de trabajo, sino de abrirse a un mundo nuevo que tiene mucho que aportar a estos jóvenes, como profesionales y como personas.
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