“Lo que más me gusta del sistema educativo son los profesores. Se preocupan mucho por cada estudiante. Son personas que quieren dejar una marca en tu vida”

Marta es una chica de Madrid que ha pasado su año escolar en USA, en concreto a las afueras de Austin, rodeada de unos lagos y una naturaleza preciosa. Nos cuenta cómo es vivir en Estados Unidos de primera mano.

La verdad es que la vida en Estados Unidos me ha sorprendido de muchas formas. En mi caso, es bastante diferente a la que tengo en España, pero a la vez similar, es difícil de explicar.

Aquí una cosa muy “popular” es quedarse en casa viendo la tele, sobre todo series de policías en Nueva York, que al parecer tienen mucha audiencia. Los españoles también lo hacemos, pero no tan a menudo.

Una de las cosas que me gustan de la vida estadounidense es que se toman las cosas con calma, sin prisas. Eso, obviamente, depende de cada persona y familia, pero he visto que en general es así, y eso si que lo admiro y es una cosa que me llevaré a España conmigo. Aunque, claro, eso no significa dejarlo todo para el final, solo que no hay que estresarse tanto.

Sinceramente, lo que más he echado de menos de España, aparte de familia y amigos, claro, es la comida. En Estados Unidos hay mucha comida que está muy rica y también hay mucha variedad, pero no hay nada que se compare con un buen plato de tortilla de patata, croquetas o jamón serrano. Sin duda, cuando vuelva a España me voy a atiborrar a esas comidas.

Lo que más me gusta del sistema educativo estadounidense son los profesores. Se preocupan mucho por cada estudiante, se esfuerzan en explicar todo lo mejor posible para facilitarte el trabajo. No son solo adultos que están ahí para enseñar, sino que son personas que quieren ser tus amigos y dejar una marca en tu vida, aunque sea una pequeñita.

También me gustan mucho las opciones de asignaturas que este sistema te ofrece. Por ejemplo: gobierno y economía, anatomía, money matters. A lo mejor algunas de estas asignaturas sí que las puedes encontrar en un instituto público en España, pero no es lo habitual.

Los deportes para los americanos lo son TODO. Las instalaciones deportivas en los institutos son enormes y están súper actualizadas, como en las películas, vamos. Los entrenadores son todos súper dulces y comprensivos, pero a la hora de una competición no te pasan ni una. Los partidos de fútbol americano son un espectáculo, todas las familias gritando, las bandas tocando: toda una experiencia.

Yo me apunté a atletismo. Todas las chicas majísimas, si tenía alguna duda me la respondían de inmediato y me ayudaban siempre que lo necesitaba. En las competiciones yo siempre quedaba la última o cerca, aunque una vez quedé la tercera, y a pesar de eso me seguían animando, así como los entrenadores. Mientras corría y después de haber corrido me arrepentía de haberme metido a ese deporte, pero ahora que lo veo desde “fuera” no lo habría cambiado, ¡todo forma parte de la experiencia!

He conocido a bastantes personas. Hay mucha gente que es muy mona y súper positiva, siempre con una sonrisa en la cara. En general los estadounidenses son muy majos, queriendo ayudar, y preguntando dudas sobre tu país.

Una cosa de la que no soy muy fan en Estados Unidos es el método de transporte. Cuando vine aquí ya era consciente de que no era para nada como el de España. Pero es que en mi caso, yo vivo en un “pueblo” que está en medio de la nada, literalmente. No hay ni autobús, ni metro, nada. El sitio más cerca que hay en el que están todas las tiendas y restaurantes está a 30-45 minutos en coche, así que para ir a hacer la compra te tienes que desplazar hasta ahí.

Otra cosa que me sorprendió de una forma un poco más negativa que positiva fueron los baños. En concreto, el hueco que hay entre puerta y puerta, que, desde mi punto de vista, es demasiado grande. Literalmente puedes ver todo lo que está pasando fuera y por ende la gente que está fuera puede ver todo lo que está pasando dentro del cubículo…

Yo diría que una de las experiencias más destacadas de este curso en Estados Unidos fue Acción de Gracias. Para mí se sintió como una Navidad en España, pero la verdad que la comida y el estar con mi familia de acogida fue muy divertido.

Probar las famosas galletas de las Girl Scout se lleva un lugar especial en mi corazón. Lo ricas que están no es normal, son las típicas galletas que uno tiene que probar aunque sea una vez en la vida.

También me encantó ir a un parque de atracciones en Houston que estaba al lado del agua con una amiga y su familia. Ese día sin duda fue uno de mis favoritos, nos lo pasamos súper bien y fue un día inolvidable.

Y bueno, las competiciones de atletismo no se me pueden olvidar, fueron toda una experiencia, con sus altos y sus bajos. A pesar de todo las disfruté, sé que cuando me acuerde de este año estos días formarán parte de esos recuerdos.

Y por último, pero no por ello menos importante, la famosa prom. Fue de película total. Con los vestidos, las fotos con amigas, los bailes, etc. Fue una de las cosas que me hacía más ilusión cuando pensaba en este año, y me lo pasé muchísimo mejor de lo que me esperaba. Ese día fue uno de mis favoritos, y las fotos, obviamente, también.

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