Aunque al principio pueda resultar difícil, se conoce pronto a mucha gente. Eso sí, hay que hacer un esfuerzo extra para ser sociable y romper el hielo, incluso contando con la ayuda de tu familia y tu coordinador local, que intentarán facilitarte el contacto con chicos y chicas de tu edad.
Poco a poco se van haciendo nuevos amigos en el High School, en los equipos de deporte y en los clubes del colegio, así como en los grupos de jóvenes de la iglesia de la familia, en el vecindario, etc. Algunas familias de acogida tienen además hijos adolescentes.
Lo difícil al final no es hacer amigos, sino el despedirse de ellos al volver a casa.
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