Opiniones ICES: José Ignacio de Cádiz

«Desde luego que recomendaría a los estudiantes de intercambio participar en actividades deportivas y acudir a tantos partidos como puedan porque son al fin y al cabo una parte muy importante de la experiencia de intercambio cultural.»
José Ignacio, natural de Jerez de la Frontera, ha hecho de Prairie du Chen su segundo hogar. Con su alegría y desparpajo, en la frontera entre Iowa y Wisconsin ha encontrado un hueco en una familia estadounidense , ha hecho amigos, ha practicado deportes nuevos y, en definitiva, ha pasado el año de su vida.
«Es un secreto a voces que una experiencia de intercambio es una caja de sorpresas. Desde las primeras semanas en las que vas descubriendo un mundo totalmente nuevo, hasta tus últimos momentos con tu familia de acogida. Si tuviera que quedarme con una sola de las tantas cosas que me han sorprendido, sería sin duda el cariñoso y enérgico trato que me han dado, no sólo mi familia de acogida, sino todos mis amigos y compañeros de clase.
Esto sería también lo que más me ha gustado de mi estancia en the States. Desde el primer hasta el último día de colegio, todo el mundo quería formar parte de mi experiencia. Los primeros días de clase mis compañeros me saludaban por los pasillos interesados por hacer migas conmigo cuando yo todavía no sabía ni cómo se llamaban.
La verdad es que no me costó en absoluto hacerme a la idea de que estaba a miles de kilómetros de mi familia y amigos en España, y supe sobrellevar su ausencia en los momentos más duros. Creo que cuando estás viviendo una experiencia tan única y auténtica como ser un estudiante de intercambio, lo mejor es dejar a un lado lo malo (como puede ser pensar demasiado en España) y disfrutar lo máximo que puedas de esta aventura.
Me ha parecido que el sistema educativo estadounidense es muchísimo más dinámico que el que encontramos en España (me atrevería a decir que a veces resulta más efectivo). El hecho de que cada alumno elija sus clases y organice su propio horario puede resultar un mareo de primeras, pero con el tiempo te das cuenta de que no sólo así puedes tener una experiencia académica más personalizada, sino que también te brinda la oportunidad de cruzarte con muchísimas personas distintas teniendo un grupo de compañeros único en cada clase. Esto último se aprecia especialmente cuando eres nuevo.
La verdad es que hay muchas cosas que no aprendemos en España y que sí se pueden aprender en Estados Unidos (and the other way around). No quiero criticar la manera de aprender que ofrecen los colegios españoles, pero recalco de nuevo que la personalización de los horarios puede ser una gran oportunidad de enfocarte en las áreas que más te interesan y obviar asignaturas que no encuentras adecuadas. Esto resulta muy útil cuando tienes las ideas claras y sabes cuáles son las áreas que te interesan, sin embargo, puede resultar muy comprometedor y confuso para las personas que todavía no saben qué quieren hacer con su vida (al fin y al cabo es como escoger entre las ramas de Bachillerato más o menos). En definitiva, desde mi experiencia puedo decir que me alegro de haber pasado por este tipo de educación ya que he aprendido cosas que en mi vida pensé que podría llegar a hacer.
Los deportes son un aspecto clave de la High School Experience. Tanto si decides participar en algún deporte como si no, vas a disfrutar muchísimo de los ambientes deportivos que se crean en los institutos. No solo te ofrecen la oportunidad de conocer a nuevas personas, también te mantienen ocupado haciendo algo que disfrutas. De hecho, en mi experiencia diría que haber practicado un deporte durante el primer semestre marcó muchísimo la dirección de mi experiencia en Estados Unidos. Desde luego que recomendaría a los estudiantes de intercambio participar en actividades deportivas y acudir a tantos partidos como puedan porque son al fin y al cabo una parte muy importante de la experiencia de intercambio cultural.
Creo que los estadounidenses reciben muy bien a las personas, especialmente a los estudiantes de intercambio. Son muy enérgicos y emprendedores, les gusta tener siempre cosas que hacer y hacen todo lo que pueden por pasar un buen rato haciéndolas. Su espíritu entusiasta te contagia muy rápido y es imposible no hacer amigos. Cuando eres nuevo, te buscan, dejan pasar tus errores o las diferencias que podáis tener y acogen como si fueras uno más.
La verdad es que tengo pocas quejas de mi experiencia, y es que creo que he tenido muchísima suerte. Desde la generosidad sin precedentes de mi familia de acogida, hasta la atención que recibía en el colegio. He tenido mis momentos malos pero me quedo solo con lo bueno.
Si tuvieras que elaborar una lista de mis 10 experiencias más destacadas de este año en Estados Unidos:
- Conocer a los Nesvold (mi familia de acogida) en el aeropuerto de Chicago
- Mis primeras semanas de clase
- Los partidos de fútbol americano
- Homecoming.
- El viaje a Florida con los Nesvold
- Thanksgiving
- Los partidos de baloncesto y los mítines de wrestling
- Las últimas clases en el colegio
- Mi fiesta de despedida
- Despedirme de los Nesvold en el aeropuerto.»
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